AUTOBIOGRAFÍA
Nací hace 26 años
en Puerto Barrios, Izabal, mis padres con veintitantos años de edad se
enamoraron en la época de los noventa, producto de ese amor fue la
fertilización humana de un óvulo y un esperma; mediante esa unión nació una
hermosa niña, la cual fue nombrada Beverly Gabriela Soto Hernández; llegué al
mundo cuando sonaba la novena campanada durante la noche del 13 de octubre de
1993, convirtiéndome en su segunda hija.
Como en todo hogar surgen
inconvenientes, unos cómicos; otros tristes y algunos que no se pueden contar,
pero en este caso no existía una nota o un papel que acreditara que ya era
guatemalteca e hija de Mario Genaro Soto y María Etelvina Hernández; fue hasta
la segunda flor del siguiente año que dicho nacimiento fue ratificado. A través de su amor loco dieron inicio a mi
historia llena de aventuras, risas, llantos, travesuras, momentos difíciles de
aquellos que sientes que vives en una película y sobre todo una vida llena
enseñanzas, que se aprenden mediante los golpes o aventuras un poco
desagradables para una persona y del mismo modo existen sucesos importantes
llenos de amor, los cuales he pasado no solo con amigos sino con mis seis
hermanos. En mi vida he sido muy inquieta, una persona llena de gustos por el
aprendizaje, practicando deportes como el baloncesto desde los 9 años,
dejándolo a un lado 6 años después por padecer desde mi nacimiento una Microbiota intestinal, más conocida como flora intestinal y un poco mal
desarrollada, que no me permitía ingerir lo más bello de esta vida, los
lácteos. Mi adolescencia es de esas etapas que en
algunos recuerdos es mejor evitarlos porque nos avergonzamos de ellos, pero no
me arrepiento de cada convivencia, persona conocida o acción realizada porque
gracias a eso soy una persona que aprendió de sus errores y se caracteriza como
alguien responsable, soñadora, trabajadora y que cada día lucha por alcanzar
sus metas.
Amante sin duda de la natación, el futbol y voleibol. Despertando desde
que tengo uso de razón a las seis de la mañana, como cada día con una profunda
hambre y un gusto por ir a cocinar. Soy graduada de un Bachillerato que
estudian esos seres creativos llenos de amor por el diseño gráfico,
irónicamente yendo a la universidad a estudiar Pedagogía, surgiendo un amor por
la enseñanza, convirtiéndome en licenciada en pedagogía, siendo esa una
travesía muy hermosa donde conocí a seres maravillosos. No sé dónde estaré en
20 años, pero agradezco donde estoy en la actualidad.
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